viernes, 27 de julio de 2012

Adriana Blasoni





Me llamo Adriana porque nací en un lugar cerca del mar Adriático, en el Friuli,  el 18 de enero de 1926. Llegué a la Argentina a los 4 años, en el barco Giulio Cesare, en 1930. En esa época era un nombre raro, después empezó a haber Adrianas por todos lados...

Canciones de montaña en Bahía Blanca


Adriana from Ana Miravalles on Vimeo.
edición de video: Nicolas Testoni

Ahi estaba el hospital de los Blandengues, por eso la calle Blandengues se llama así, eso nadie lo sabe. Por eso la casa era incómoda porque era... la habían transformado en casa pero tenía todas las piezas  una detrás de otra, entonces para pasar por una tenías que pasar por todas. Bueno, despues había un lugar común pero era incómoda, sí, ahí vivimos treinta años, por qué? porque mi mamá que venía de las montañas, extrañaba un lugar de bosques, imaginate lo que era Bahía en esa época, tenía árboles, muchos árboles en el patio, eso...

...
Qué se yo, tantas, para decirte las más conocidas: Sul ponte di Bassano, Stelutis alpinis, la Valsugana, para colmo mi papá había conseguido un libro, entonces las tocábamos con el piano, y las cantábamos...

A ver te canto la canción típica del pueblo de mi mamá:
En la zona de la Carnia, en la Valcalda, el pueblo, Ravascletto

Quan ch'o lavi su pa Valcjalda, joi
Cu la strezza par davour
mi clamavin "Valda, Valda, joi"
speranzona dal gno cour
joi, joi, tran, la la lin, la le le
joi, joi, tran, la la lin, la le le (1)

...
Ahhh... el que me encantaba era el himno de los esquiadores. Lo malo es que como eran canciones, aunque fueran buenas, como eran canciones del fascismo, como esta de los esquiadores, nada que ver con el fascismo como canción, entonces las radiaron
No me acuerdo la letra

Sui lucenti e tersi campi
Del nevaio sconfinato,
Sorridenti al nostro fato
Noi corriam senza timor...
Conosciamo ogni periglio
Dell'altezze conquistate
E fra nembi e nevicate
Raddoppiamo il nostro ardor.
Per chine rapide, vertiginose
Cantando scivola lo sciator...
Dei pini il fremito
L'azzurro del cielo
A noi riempie di gioia il cor (2)

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Adriana en el castillo de la usina

Papá era ingeniero, había venido solo dos años antes, en 1928, y había conseguido trabajo en una compañía suiza, la Italo-Argentina de electricidad primero en Buenos Aires. Después lo trasladaron a Bahía porque justo se estaba por inaugurar la nueva usina.

El padre de Adriana era el ingeniero Fracesco Blasoni. Adriana recuerda que de chica iba con su padre y su hermana a la usina Gral. San Martín, el castillo que está en Ingeniero White:

El jefe de máquinas era el famoso espía, que yo lo conocí pero no conocí a la familia, que vivían ahí en esa casa tan linda, y era un muy buen jefe de máquinas. La sala principal de máquinas parecía un salón de baile porque las baldosas eran de cerámica, que era una novedad, no había baldosas de cerámica todavía en la Argentina, no sé, o no eran comunes, y la cerámica tiene la particularidad de que no absorbe la grasa, como las máquinas esas ensuciaban... pero vos ibas ahi y era un espejo. Podía entrar ahí, con mi papá... las veces que habremos ido ahí, él nos dejaba jugar donde está el San Jorge, en el corredor, de acá para allá, en el balcón, que ahora está feo, porque está como tapado. Corríamos...

La madre de Adriana, Egle De Crignis

La madre de Adriana se llamaba Egle De Crignis, era friulana como su marido, pero de la zona de Carnia:

Mi papá hablaba los dos dialectos, pero como mi mamá no hablaba exactamente el friulano....
Sí, mi mamá lo hablaba el friulano, pero no lo hablaba con desenvoltura, entonces entre ellos hablan en italiano.

Egle había estudiado Filosofía y Letras en la Universitá di Firenze, y trajo consigo buena parte de sus libros.
Sin embargo, murió muy joven, cuando Adriana tenía 15 años.

Adriana, maestra de escuela pública

Adriana fue al colegio María Auxiliadora, se recibio de maestra, y trabajó hasta su jubilación, en 1971, como maestra en la escuela que funcionaba en el Hospital Penna. Esa escuela había sido fundada por Avanza, y la llevaron adelante, durante muchos años, la directora, que se llamaba Lila Canessa, Adriana y otra maestra de apellido Verdichevsky. Trabajan con enfermos, con chicos tuberculosos que no podían ir a la escuela, que estaban durante mucho tiempo postrados. Para ellos la maestra y sus clases eran lo más emocionante de sus días, por eso se aferraban a ella, te adoraban.

Adriana, insegnante d'italiano



Adriana es LA PROFESORA de italiano en Bahía Blanca. Nadie dio clase durante tantos años: entre 1957 y1992, todos quienes hemos estudiado italiano, muchos de los que ahora enseñamos italiano en Bahía Blanca hemos estudiado con ella, hemos leído a San Francesco d'Assisi, Dante y Petrarca, a Boiardo y Ariosto, nos hemos enamorado de la pintura de Fra Angelico, Simone Martini y Giotto, y hemos tratado de descifrar hasta sus últimos detalles la bóveda de la capilla Sixtina, por poner solamente algún ejemplo. Libros con bellisimas ilustraciones, diapositivas, y la propia pasión por lo que enseñaba han sido sus recursos más eficaces; y una dedicación que iba desde entregarnos cada todos los textos que leíamos cuidadosamente mecanografiados y con copia para cada uno (solo a fines de los ochenta se generaliza el uso de las fotocopias) hasta la minuciosa lectura y corrección de cada uno de los trabajos escritos que semanalmente le entregábamos.

Le pregunto por qué la mayor parte de los italianos que vivían acá no les enseñaban su idioma a sus hijos ni los mandaban a estudiarlo. No les enseñaban italiano, dice, por tres razones: primero, porque no se entendían entre ellos, después porque pensaban que si los chicos hablaban en italiano no iban a aprender el castellano, y otra razón era que medio les daba...medio como un... no era racismo pero como que... quedaba mal.

Un alumno mío particular, un nene venía a casa, pero el libro de italiano lo tenía escondido porque si no, los compañeros del colegio se burlaban, porque estudiaba italiano, ¡una cosa tan ridícula!

Adriana estudió en Córdoba el profesorado y el traductorado de italiano, porque se podía hacer libre, y se recibió en 1955. Cuando se enteraron en el consulado, la invitaron a dar clase en la Sociedad  Italiana. Daban clase a adultos, y aunque cobraban poco la sede de la sociedad Italiana en la calle Blandengues, había gente que opinaba que quedaba "lejos".

En 1959 Adriana forma parte de la comision del Instituto de Italiano de Cultura local encargada de confeccionar los programas analíticos de los cursos para poder formar docentes de italiano, con dos ciclos uno de tres años basado en la enseñanza de la lengua y otro de dos años, centrado en el estudio de la literatura y del arte italiano. A partir de 1969, cuando se constituyó la Asociación Dante Alighieri de Bahía Blanca, se establecieron convenios con la Dante de Buenos Aires, y todos los años las profesoras participaban durante una semana de una serie de cursos de perfeccionamiento y de actualización bibliográfica. En 1967 Adriana empezó a dictar clases de italiano también en la ciudad de Punta Alta, en la Sociedad Italiana. Como docente de la Dante Alighieri dio clase en un edificio en calle Chiclana 285, en O'Higgins 449, luego en Mitre e irigoyen, en aulas alquiladas al colegio Liverpool y a partir de 1975, en las aulas cedidas por el Consulado General de Italia en Avda Colón 446. (3) Además Adriana dio durante varios años clase de italiano en Coronel Dorrego.

Adriana promeneuse

Junto a su hermana Giuliana, entre 1993 y 2003 Adriana vivió en Francia, en la localidad de Annecy. También allí dio clases de italiano, en la iglesia de los italianos, en la sacristía, una casa que daba sobre el canal y en la que había mucha humedad. Sin embargo, tal como ella misma contaba en las frecuentes cartas y postales que enviaba, desde que llegó, se integró a varios grupos de "promeneurs", caminantes organizados en grupos que recorren durante una o varias jornadas, siempre a pie, diferentes lugares y en excelente compañía.
Cuando volvió a la Argentina, despues de la muerte de su hermana, pensó en instalarse en alguna localidad cordillerana, con la esperanza de poder seguir practicando sus caminatas de manera organizada. Pero, por lo que contó, aquí grupos de caminantes como aquellos no había. Así que volvió a Bahía, donde vive desde 2005.
Ahora Adriana estudia inglés y francés, hace gimnasia y sale a caminar, naturalmente, todos los días.

Esta entrevista tuvo lugar el 12 de junio de 2012.
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(1) La canción Quan ch'o lavi su se puede escuchar también acá:
http://youtu.be/M8qV_g8oyj0%C2%A0%C2%A0%C2%A0%C2%A0
Transcribí la letra tomándola de esta página:

(2) Este que recuerda Adriana era el himno de los Alpinos Esquiadores, una división del Regimiento de los Alpinos que se formó a principios de 1900,  y que participó en la primera guerra mundial. Reorganizados formalmente a fines de la década del 30 los Alpinos Esquiadores fueron enviados a Albania (y masacrados) y luego a Rusia (de donde volvieron solamente 15). El himno de los Alpinos Esquiadores -compuesto en 1909 por el capitán Corrado Venini - está acá.  Sobre la historia de los soldados alpinos esquiadores, se puede leer acá. Cómo habrán sido usadas por la propaganda fascista las proezas de estos soldados-esquiadores y en particular, cómo habrá sido usada esa canción es algo que no -pro ahora- sabemos, pero sí les puedo asegurar que por más que busqué en youtube, no la pude encontrar!!!

"Sul quarto numero del Sosatino (1924), Ernesta Battisti, la vedova del martire presentado un primo repertorio di cantinazionali, popolari, alpini (o come si anticipava nel sommario Canti sosatini-canti trentini e canti alpini), invitava a rivivere l'identitá virtuales che nel canto si stabilisce per un attimo tra i cantori e gli 'eroi': 'Ecco tra i vostri, l'Inno degli sciatori che cantavano i nostri alpini in guerra. Sia questo il vostro inno centrale. Quando lo canterete vi rispondera in cerchio, la linea del fronte, con tutta la fede, con tutti i palpiti, con tutto il valore e la gloria del popolo italiano!"  ANTONELLI, Quinto, I dimenticati della Grande Guerra, Il Margine, Trento, 2009.

(3) La información sobre las diferentes sedes de la Dante Alighieri fue tomada de: Geremia Crocitto, Difusión de la cultura italiana en Bahía Blanca, 1911-1986, Bahía Blanca, 1986 (copia mecanografiada)

sábado, 7 de julio de 2012

Adalgisa

El 13 de marzo de 2012 fuimos con Valeria Rocco a entrevistar a Adalgisa Mezzorana, una señora friulana de 98 años que vive en Bahía Blanca desde el año 1923:

Adalgisa Mezzorana nacio el 13 de mayo de 1914 en Farra d'Isonzo en la provincia de Gorizia, en el Friuli-Venezia Giulia.  Llegó a la Argentina el 29 de noviembre de 1923 junto a su madre, Giovanna Blan, para encontrarse con su padre, Francesco, quien había emigrado un año antes. Su marido era Lazaro Tapia, suboficial demarina, que tuvo a su cargo, durante muchos años, la custodia del faro de Monte Hermoso.

Estas son algunas de las cosas que nos contó:

EL VIAJE Y LA LLEGADA A BAHIA BLANCA
Veníamos en el barco con una chica, las mellizas nos decían, y ella bajaba en Brasil, antes que nosotros, yo decía: mamá, yo quiero bajar en Brasil, porque a mí siempre me gustaron mucho las naranjas, dice mi mamá: no, tenemos que ir a Buenos Aires. Ay mirá mi amiga dice que por las calles hay árboles de naranjas, yo quiero ir a Brasil porque hay naranjas. Nos tiraban bananas, todas verdes, una porquería.
Cuando llegamos a Buenos Aires, a casa de una medio pariente pero a la vez amiga, me dice: vení afuera; en aquella época pasaban 25 bananas por dos pesos, me dice, vení vení, le pedimos 25 bananas y sobre las 25 te regalaban tres o cuatro todavía, y cuando eran maduras eran riquísimas.
Estuvimos en Buenos Aires una semana y vinimos a Bahía Blanca. Y yo decía: a mí me gusta más Buenos Aires.
Cuando llegamos acá estaban por terminar las clases, entonces teníamos unos primos lejanos donde llegamos, donde nos recibieron y había una de las chicas que me empezó a enseñar. ¡Ves esta? La sedia es silla, la mesa, tavola, qué, a la semana sabía... todo no, pero mucho, como para desplazarme sola:




EL PAPA DE ADALGISA REGRESA DE LA GUERRA (1914 - 1918)
Durante la primera guerra mundial, el padre de Adalgisa fue parte del ejército austríaco y por eso, fue llamado a las armas a fines de 1914, y enviado al frente ruso, en Polonia. Fue parte del grupo de soldados que fueron hechos prisioneros por los rusos, dispersados en territorio ruso y en 1917, reunidos por la Misión Militar Italiana en el campo de Kirsenoff,  se vieron obligados a atravesar todo el territorio siberiano en el famoso tren Transiberiano hasta Vladivostok para poder regresar -volviendo por Estados Unidos- a Italia.
El se tuvo que presentar en la municipalidad, yo tenía cuatro meses, mi hermana tres años y medio, entonces se lo llevaron y no volvió en cinco años, porque ellos lo llevaron donde quisieron y mi mamá sin noticias, cinco años sin noticias, se fue a Rusia, a Japón, a China, no se donde lo llevaron, a Norteamérica.
Volvió solo, dice que pararon en una parte donde había muchos árboles de manzanas, siempre tenían hambre, hay árboles de manzanas, vamos. Fueron, ya había uno arriba, entonces le dice el otro tenía miedo papá era bravo, le tiró una manzana, no tengas miedo, nosotros también venimos a buscar manzanas. Cuando hay hambre cualquier manzana es rica, perdé cuidado, somos igual que vos. 

cuando habia mucha nieve, que estaba en los limites con Rusia, en los mismos limites, iba entre la nieve para escaparse, nos tiran con cosas de nieve, duras como piedras, agachate en la nieve, entre la nieve, cuando te tiran se disuelve y no te hace nada.
Tenian la nariz cortada proque cuando hace mucho frio la nariz es lo primero que se quiebra no sale nada de sangre, en eso tenian que tener cuidado si le tocaban acá, se quebraban. papá contaba eso.
El llegó a mediodía, todas las mujeres esperaban si volvía el marido o no, porque muchos mueren en la guerra, estaban todas las mujeres, mi madre, mis tias, ay mira Francis, todos corrieron a la puerta de calle, mira Francis, yo ni sabia quien era Francis, me dejaron solita, y entonces mi papá pregunto por todos, preguntó por mi, se imaginaba que ya era grande, ya tenia cinco años, entonces mi mamá dice: 
- es tu papá, es tu papá, yo ni sabia, yo como si nada. El mismo día, a la noche, le dijo a mi mamá:
- me la llevo conmigo.
Allá son boliches, pero boliches buenos, dice, me la llevo conmigo. Pero cuidala, dice. Si, yo la cuido. pero papá, cuando se ponía a charlar no se fijaba, entonces, estaba ahi un hombre con un nene, el hombre puso al nene ahí, y se pusieron a hablar de la guerra, cuando papá hablaba era mas o menos como yo, no se fijaba alrededor, yo estaba sentada alrededor, mi papa tomaba vino negro nada mas, estaba ahí sentado, con su vino, y yo, nadie me habia dado nunca vino, mi papa hablaba y tomaba. 
- Yo quiero tomar un poco, le dije
sería poquita la cantidad, pero entonces vio que estabamos jugando mucho, me dijo: quedate quieta ahi, no es que me lo daba, cuando me dijo: levantate, me cai. Borracha. Me alzó, y a mitad camino, lo regué con un vómito. Cuando llegamos a casa dice le dice a mi mamá: 
- estoy todo mojado. 
Mi mama que era brava, se pelearon una pelea bárbara, la noche del día que volvió de la guerra, después de cinco años.

La peste durante la guerra
[Al oir esto no pude dejar de recordar algunos pasajes del libro I promessi sposi, de Alessandro Manzoni, capítulo 34]
... se juntan, hay epidemia, porque no tenés suficiente comida, no tenés medicamentos adecuados, y contagiosa, era una enfermedad contagiosa. Pasaban y decían: ¿hay enfermos? y mi mamá decía: no, no, están todos bien. Ellos no entraban, porque si entraban veían quien estaba. Ellos no entraban, era una cosa de todos los días nos podían y algunos decían: si. Se los llevaban y no volvían, morian en el hospital, para cortar el contagio porque si ellos no hacían eso el contagio que tenia era para todos. Que si ellos entraban y veían que habia enfermos los ponian a todos presos. pero no entraban porque no tenían tiempo, todos los días. hay enfermos, no no, estamos todos bien. Estuvimos mal, mi abuelo y yo, y nos curaron con remedios caseros, escondidos en casa, hasta que nos pusimos bien. (se refiere a la terrible epidemia de "peste española" que entre 1918 y 1919 mató millones de personas en europa)
Al terminar la entrevista, le pregunté si le hubiera gustado hacer alguna otra cosa que no hizo:

Escritora, me hubiera gustado ser, para contar todo lo que yo opino y para corregir a otros también, que no escriben bien, no es escribir bien o mal, sino la opiníón, el relato.

martes, 3 de julio de 2012

La red




Lo hemos visto en las películas: los pescadores, cuando tejen redes, cantan.

-
Juan, allá en Ponza, ¿cantaban ustedes mientras tejían?

Oi Marì, Oi Mariì,
quanto suonno che perdo pe' te.
Far m'addurmi,
abbracciato nu poco cu te!
Oi Marì, Oi Marì!



Califano canta oi mari by Ana Miravalles

Canta, y sigue tejiendo, y su canto se prolonga durante unos cuantos minutos... el ritmo y las modulaciones de la voz marcan el tiempo a la aguja, al hilo y al bastoncito que van dando forma a la red entre los dedos de su mano.


Juan, concentrado en su trabajo, explica cómo aprendió a los tres años a pescar pulpos en la isla de Ponza, y a los seis, a tejer redes, y cómo fue a buscar a su novia Rita, y el tiempo que pasó como cusiniere en uno de los barcos que, al terminar la segunda guerra, fueron a buscar prisioneros italianos a Egipto.








En un determinado momento levanta la vista, detiene su trabajo y dice: “no es difícil, venga, pruebe, así aprende”. Se pone de pie, se para a tu lado, te da algunas instrucciones... ¿no te sale? entonces te toma la mano, te desliza el hilo entre los dedos, pasa la aguja y te dice, “pruebe, pruebe de nuevo”; y mientras vos explorás por primera vez ese gesto inmemorial que él lleva grabado en su cuerpo desde los seis años, te hace comentarios sobre la calidad de los hilos que se usan ahora para las redes, la situación de la pesca en estos días en White y la forma en que corta el tejido si han salido mal algunas vueltas; y después de felicitarte calurosamente por la única vuelta que lograste hacer bien, se sienta de nuevo, agarra las tijeras y corta, para poder retomar su tejido, y su historia.




Esta entrevista fue realizada en la localidad de Ingeniero White (puerto de Bahía Blanca) el mes de noviembre de 2006 en el marco del proyecto de Teatro Documental "Nadie se despide en White", desarrollado en Ferrowhite / museo taller. El texto y las fotografías ya fueron publicados en el blog Archivo White.