LAS COSTURERAS DEL COMANDO
Hoy vino al museo Flora Grazia Lanci, (italiana, del Abruzzo, de 83 años), y después que nos presentamos y nos saludamos, miró a su alrededor, en el patio del edificio de Saavedra 951 y nos contó:
"Mi cuñada cosía acá en el comando, y yo recién había llegado y me dice: aprendé bien los pantalones que vos también podés hacerlos, porque pagaban bien, te daban los paquetes de los pantalones, ya cortados, vos lo tenías que coser, planchar, todo y traerlos, aprendí el pantalón, acá porque era muy difícil, era de los soldados, porque eran un paño muy duro (...) vos traías el paquete, te daban el ok que estaba bien, te daban otro paquete, el paquete eran 50, pero duraba dos o tres meses y había que apurarse. Un día me trajo mi marido en bicicleta, yo adelante en el caño, el paquete atrás y el manejaba; me dejó y se fue a trabajar. Acá me recibe una mujer, abre el paquete, mira el pantalón, el de arriba, y era un agujerito que me había quedado, ahí en la entrepierna, a ese solo; y me dice:
- 'señora, ¿vos sabés qué pasa con las bolas de los soldaditos? te los tenés que llevar hacer todo de nuevo'.
- ¡Pero es solamente ese, revise todo!
- No, no, no.
Empecé a llorar porque todo ese paquete era pesado, y me tuve que volver en colectivo.
Pero cuando yo me jubilé, tenía el aporte de acá.
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