domingo, 1 de noviembre de 2015

Domingo Rosetti - En la campiña italiana


Rosetti - En la campiña italiana from Ana Miravalles on Vimeo.



En la campiña italiana, creo que lo debes saber, allá el contadino era esclavo de la tierra, allá el contadino vivía solamente con lo que producía en su campo, el propietario tenia todo lo que producía, pero en cuatro o cinco hectáreas de tierra vos no podés vivir mucha gente, y nosotros estaba mi abuela, mi abuelo, mis tías que eran dos o tres, mi mama mi papa, yo y seis hermanos eramos, nosotros, los varones íbamos a la escuela, uno estaba estudiando en Macerata, el otro estaba en el seminario estudiandno de misionero, yo era chiquitito que iba a la escuela, … cinco kilómetros, todos los días me hacían caminar, cuando había nieve me hacia cinco kilómetros a pie, no había colectivo, asi que esa era la vida de la gente, luego volvia a casa, había que cuidar la oveja, llevar el auga a los animales, cortar un poco de pasto, o sea la vida de la casa, nunca se estaba quieto, jugando; yo nunca recibí un regalo de navidad, se colgaba la media, un zapatito, te metían dos castañas, con una naranja, ese era el regalo que se recibía. Y nosotros que eramos propietarios, vos te podes imaginar los otros tipos que trabajaban a medias? 

Nella campagna italiana, forse tu lo sai, il contadino era schiavo della terra, il contadino campava soltanto con quello che produceva, colui che era proprietario teneva tutta la produzione, ma in quattro o cinque ettari di terra non possono vivere troppe persone, e noi eravamo la nonna, il nonno, le mie zie, la mamma, il papa, io e sei fratelli eravamo noi, i maschi andavamo a scuola, uno studiava a Macerata, l'altro al seminario, per diventare missionario, io ero piccolino, che frequentavo la scuola elementare ... cinque chilometri, tutti i giorni, dovevo fare a piedi, non c'era la corriera, cosí era la vita della gente, poi tornavo a casa, dovevo accudire la pecora, portare l'acqua alle bestie, tagliare l'erba, la vita della casa, cioé, no si stava mai fermi  a giocare. Io non ho mai ricevuto un regalo per Natale, si appendeva una calzina, o una scarpa, e ci mettevano dentro due castagne, e una arancia, quello era il regalo. 
E noi eravamo proprietari, ti puoi figurare la situazione di quelli che erano mezzadri?
 

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